Lo nuevo del cantautor noruego es una clase magistral de pop contemporáneo: grandes canciones, sonido extraterrestre, y una voz que no le teme a los desafíos.
Qué: Disco (Universal)
Quién hubiera dicho, años atrás, que una de las expresiones del pop más interesantes de la actualidad vendría firmada por un artista noruego. Y que ese artista noruego grabaría nada menos que con el legendario Larry Klein –que brilló con Joni Mitchell, entre otros– como productor, en uno de los mejores estudios de Nueva York, que lo haría mezclando digitalismo puro con artefactos analógicos, y que, sobre todo, sonaría tan increíblemente moderno.
Porque el nuevo disco de Thomas Dybdahl es un ovni que aterriza en el campo minado del pop mundial para ofrecerse como aire fresco frente a tanta música de laboratorio. Grabado en apenas seis días –y con su inspirado anfitrión cantando todas las canciones acostado en la alfombra de Village Studios– What’s Left Forever juega fuerte con canciones cavernosas como What We Did y juega al equilibrio en himnos bailables de dormitorio como Man On A Wire. Lo nuevo del cantautor noruego más trascendente del momento no sólo es su álbum más potente y estimulante: es, sin dudas, uno de los mejores discos de lo que va del año.