Las primeras grabaciones (en gramófono) de artistas noruegos tuvieron lugar en 1904, justo antes de que Noruega volviera a ser una nación independiente. Más de un siglo después, alrededor de doce mil personas trabajan en la industria musical local, que ha exhibido un saludable crecimiento en la última década.
Como ocurre en la mayoría de los mercados sectoriales, la industria discográfica noruega también está dominada por los principales sellos multinacionales en lo que respecta a las ventas. Las compañías más grandes son Universal Music Group, Sony Music Entertainment y Warner Music Group, las tres bajo el paraguas de la IFPI (Federación Internacional de la Industria Fonográfica), con una participación de mercado combinada del 86% en 2016.
También hay muchas empresas locales, con más de ciento cincuenta sellos organizados en FONO, la organización más importante para discográficas independientes en Noruega. Este colectivo abarca un amplio rango de músicas, desde el folk tradicional al noise rock vanguardista. Algunos sellos notables del panorama local independiente son GRAPPA, Smalltown Supersound, Hubro, Rune Grammofon, Talik, Indie Recordings, Nordic Records y Kirkelig Kulturverksted; entre todas han provisto a la escena nacional de un importante e interesante bagaje, reconocido a menudo tanto en el entorno local como en el internacional.
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Hay además muchas organizaciones musicales que cubren todo, desde jazz hasta música contemporánea, así como gestoras de derechos de todo tipo. Entre éstas cabe citar brevemente a TONO, NOPA, GRAMO y GramArt, así como empresas centradas en géneros en particular, caso de Norsk Jazzforbund, Norsk Bluesunion, Norsk Komponistforening y Ny Musikk. Y cabe destacar a Music Norway, que se estableció en 2012 y trabaja para promover el interés extranjero en la música noruega de todos los géneros.
El punto de encuentro más importante para la industria musical noruega es el evento anual by:Larm, que atrae a muchos visitantes y bandas del extranjero, e incluye un festival de música que siempre ofrece una excelente programación. Cada año, nuevos artistas, escritores y productores son homenajeados en los Spellemannprisen, el equivalente noruego de los premios Grammy, que coproducen IFPI y FONO.
Como en el resto del mundo, diversos servicios internacionales de streaming se han convertido en las plataformas más utilizadas para escuchar y ver música en Noruega. La radio todavía tiene bastante importancia, pero ha perdido cuotas de mercado vitales en los últimos años. La Norwegian Broadcasting Company (NRK), corporación de radiodifusión pública de Noruega, sigue siendo el referente predilecto: el cuarenta por ciento de los noruegos la escuchan a diario.
Museo Popsenteret en Oslo
En cuanto a prensa musical impresa, Noruega tuvo un panorama muy vital, que brilló especialmente en los años 80 y 90, aunque actualmente la mayor parte de esta actividad se ha trasladado a Internet. Algunos sitios destacados en idioma noruego son Gaffa, Musikknyheter, Popklikk y Ballade.
Los promotores de conciertos noruegos se organizan en Norske Konsertarrangører, que engloba a más de trescientos clubes miembros de todo el país, y Live Nation Norge es el mayor promotor de música en vivo. A los noruegos les encantan los conciertos, por lo que no es de extrañar la buena salud de la escena de salas en la mayoría de las ciudades principales, desde Kristiansand en el sur hasta Tromsø en el norte. Hay ocho ciudades noruegas con más de cincuenta mil habitantes y en todas existe una escena musical dinámica: Oslo, Bergen, Trondheim, Stavanger, Drammen, Fredrikstad, Kristiansand y Sandnes.
Tanto en Oslo como en Trondheim se pueden hallar museos dedicados a la música popular noruega. Rockheim, que abrió sus puertas en Trondheim en 2010 es el museo nacional de música popular de Noruega, que abarca desde los años 50 hasta la actualidad. Allí se encuentra también el Salón de la Fama musical. En Oslo se puede visitar Popsenteret, interesante museo interactivo que muestra la vasta historia de la música popular del país y que se encuentra junto a Riksscenen, el centro noruego de música y danza tradicionales.
Arvid Skancke-Knutsen es periodista musical e historiador. Escribe sobre la escena musical internacional y de Noruega, y desde 1980 ha escrito varios libros, incluyendo trabajos sobre Leonard Cohen y Seigmen.
Este texto es parte del informe ¿Qué pasa en Noruega?