Islandia – Fálkinn, 1971
En su momento, la noticia ocupó las primeras planas de los periódicos locales: después del éxito inicial, Hljomar disolvió sus filas para reconfigurarse en un súper-grupo que respondía al nombre de Trúbrot. ¿Qué había cambiado? Básicamente, sus aspiraciones musicales, las mismas que alcanzaron su cenit en Lifun, álbum que llegó después de algunos discos de un relativo éxito. Aquí las canciones ya no respondían a estructuras tradicionales, sino que se lanzaban al vacío, entre el riesgo y la ambición. Con los años, ha sido votado regularmente como uno de los mejores discos de la historia del rock islandés.
Este texto es parte del informe 120 discos nórdicos indispensables.