Foto: State of Green

State of Green. La apuesta danesa por una economía sostenible

Dinamarca se encuentra embarcada en la transformación global hacia una economía que elimine el impacto ambiental y no comprometa los recursos. El programa oficial State of Green, de participación público-privada, reúne los mejores ejemplos de este desarrollo y ofrece a países y empresas interesadas la mediación gubernamental para que puedan contar con su asesoramiento.

La falta de sistemas de energía integrados y fuentes renovables, la escasez de agua limpia, el rápido crecimiento de las ciudades y el uso insostenible de los recursos son los cuatro principales retos a los que se enfrenta el mundo hoy. Son campos en los que Dinamarca ostenta una avanzadísima posición, gracias al desarrollo de tecnologías y soluciones hacia una economía verde realizadas en las últimas décadas.

Entre los avances del país nórdico destacan la lucha contra las emisiones y el cambio climático. Para combatirlos y librarse de la dependencia del petróleo, ya ha conseguido que el 30% de su consumo energético provenga de fuentes renovables. Además, ha anunciado que reducirá un 70% sus emisiones para el año 2030, adelantándose de este modo al resto de actores internacionales, y será 100% independiente del petróleo para el año 2050.

State of Green

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El camino hacia esta transición energética y la reconversión a una economía verde no ha supuesto renunciar al crecimiento económico: el PIB danés ha aumentado un 70% en las últimas cuatro décadas mientras el gasto energético permanecía estable y se reducía un 40% el consumo de agua.

Desde 1970, Dinamarca ha vivido un gran consenso social y político sobre la necesidad de conjugar el progreso con la sostenibilidad. Esto le ha permitido alcanzar amplios acuerdos nacionales y desarrollar un marco normativo estable y de amplia mayoría que ha ofrecido a las empresas la seguridad jurídica necesaria para realizar la transformación hacia una economía verde. Este consenso se ha vuelto a ver refrendado, hace menos de un año, con la aprobación mayoritaria en el Parlamento de la Ley del Clima (Climate Act), en la que se compromete a vigilar los avances en la reducción de un 70% de sus emisiones para 2030, y a incorporar el objetivo de descarbonización en todas las políticas.

«El camino hacia esta transición energética y la reconversión a una economía verde no ha supuesto renunciar al crecimiento económico: el PIB danés ha aumentado un 70% en las últimas cuatro décadas mientras el gasto energético permanecía estable y se reducía un 40% el consumo de agua»

El consenso hacia las acciones climáticas que se da entre los políticos se produce también entre el tejido económico danés, y tanto desde el sector público como desde el privado, se ha visto la transición energética y la sostenibilidad como una oportunidad para el progreso económico y la mejora social. No son solo buenos deseos: en 2017, la economía verde creó 76.000 puestos de trabajo a tiempo completo y aportó más de 8.000 millones al PIB, además de suponer unos 10.800 millones en exportaciones.

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Todas estas cifras certifican la posición pionera de Dinamarca en tecnologías verdes, una experiencia y unos logros que quiere que sirvan de inspiración a otros países que emprenden esa marcha hacia un horizonte más sostenible. State of Green es el nombre del organismo sin ánimo de lucro, y de composición público-privada, a través del que se impulsa esa ayuda. Este organismo es la puerta de acceso de todos los interesados en un futuro más verde a más de seiscientas empresas, organismos oficiales, instituciones académicas y expertos daneses que lideran el cambio hacia una sociedad más sostenible, baja en carbón y eficiente en el uso de los recursos.

Todos ellos aparecen en la Web, desde donde se puede conocer área de desarrollo, y contactar directamente para obtener asesoramiento, explorar soluciones o buscar socios, y también organizar visitas de trabajo cuando pase la pandemia. Hay más de 1.400 casos en los que inspirarse para resolver cualquier desafío sostenible, además de iniciativas públicas, proyectos de I+D, productos o servicios.

 

UNA SELECCIÓN DE CASOS EXITOSOS
Presentamos cinco ejemplos de proyectos que forman parte del programa State og Green del gobierno danés, que ya cuenta con más de 1.400 casos de éxito de economía verde.

Economía circular en la depuración de agua
La empresa danesa Biofos ha emprendido un cambio en el concepto del tratamiento de aguas residuales, para obtener recursos sin descuidar el medio ambiente.

Hasta ahora las plantas depuradoras servían para devolver el agua limpia a los ríos pero ¿por qué no convertir esos residuos depurados en recursos? Dinamarca ha puesto el foco sobre este cambio de paradigma que supone transformar residuos en materia prima, generando un auténtico circuito de economía circular. La instalación de aguas residuales Varga es un ejemplo de cómo emprender esta transformación con éxito.

Varga es un proyecto de la empresa de tratamiento de aguas Biofos, que presta servicio a más de 1,2 millones de daneses. En la actualidad, Biofos produce 1,5 megavatios/hora por cada 1 megavatios/hora que consume. Con Varga se está trabajando en un aumento de la energía generada, además de en la recuperación de fósforo de las cenizas de los lodos y en la reducción de gases de efecto invernadero.

El proyecto avanza a buena marcha tras testarse su ciclo de análisis de vida, su ecoeficiencia y el valor agregado desde el punto de vista empresarial.


 

BioPod, una granja vertical y ecológica

BioPod es un ecosistema vegetal hídricamente eficiente y un ejemplo de economía circular, reutilizando los desechos para producir alimentos en una instalación vertical.

¿Es posible cultivar solo con agua y desechos alimentarios? ¿Podrán las poblaciones abastecerse de comida sin necesidad de grandes extensiones de terreno, abonos o pesticidas? BioPod ha encontrado la solución a través del desarrollo de una granja vertical en la que los alimentos solo necesitan agua y restos orgánicos para crecer.

BioPod puede servir como sistema de cultivo para una finca agrícola o ser un modo de producción de alimentos para una comunidad. Puede usarse en invernaderos, como una pequeña granja en casa o como explotación de agricultura ecológica. Y es que de esta manera se permite el cultivo libre de pesticidas, ya que las plantas se desarrollan dentro de un proceso circular y controlado, sin contacto con el exterior, cultivadas orgánicamente y con los nutrientes añadidos por la solución BioPod.

Los restos orgánicos –e incluso el papel o cartón– se aprovechan para nutrir las plantas, (evitando además su gestión como residuos), mediante un flujo controlado tanto de los nutrientes como del agua y la temperatura. Para este último parámetro la energía que se utiliza es biogás, manteniendo así la sostenibilidad de esta solución.


 

La primera isla de energía del mundo

El viento que azota los mares y las costas es una enorme fuente de energía renovable y Dinamarca ha sido pionera en desarrollar la tecnología para aprovechar este recurso, que puede ser la llave para lograr la neutralidad en carbono.

Una demostración del enorme potencial de esta fuente es la creación en la isla de Bornholm, en el Mar Báltico, de un centro energético que será punto de interconexión entre Dinamarca y Polonia, un proyecto que podría definirse como una auténtica isla de energía.

Orsted, la empresa que desarrolla esta central, cuenta a largo plazo con llevar también esta interconexión a Alemania y Suecia, alcanzando una potencia de hasta 5 gigawatios en este parque eólico frente a la costa.

Bornholm es una oportunidad de reunir experiencia en la obtención de energía eólica marina, desarrollando un modelo que se pueda implantar en otras islas de energía.

A corto plazo, es una realidad que contribuye significativamente a una transición hacia fuentes verdes manteniendo la seguridad en el suministro. Confiados en este potencial, los presupuestos daneses para 2020 han incluido la financiación para seguir las investigaciones en Bornholm.


 

Oficinas sanas y ecológicas con LeapSense

Entornos laborales saludables y optimización en los consumos son las dos principales cualidades de la plataforma digital inteligente LeapSense.

Solo en Europa se pierden más de 900.000 millones de euros al año (unos 4.000 euros por trabajador) debido a las deficientes condiciones de oficinas y otros entornos laborales. La mala ventilación es la causa de muchos dolores de cabeza, resfriados y gripes, mientras que problemas de humedad y moho pueden acabar generando alergias e incluso asma.

Es frecuente que no se haya prestado toda la atención requerida a la hora de organizar ni los edificios ni los espacios laborales que integran. Un ejemplo recurrente de este tipo de déficits serían los fallos en climatización, con enormes facturas en invierno y en verano, ya que se instalan sistemas que siguen unos horarios estándar sin tener en cuenta los flujos reales de ocupación. Sin hablar de la calidad del aire que distribuyen estos sistemas deficientes.

LeapSense

La compañía Leacraft ha desarrollado LeapSense, una plataforma digital que aprovecha las nuevas tecnologías IoT, (Internet de las cosas) para perfeccionar los sistemas mediante el aprendizaje de cada caso, desarrollado a través de dispositivos de inteligencia artificial. LeapSense aprovecha el poder de los instrumentos de alta precisión y bajo costo de Leapcraft (AmbiNode y CPHSense) para medir los parámetros del entorno. Y ya ha probado ser una ayuda para la gestión de edificios, garantizando un clima interior saludable al tiempo que se optimizan los consumos. Se trata de una solución efectiva y fácil de instalar.


 

Vuelos sostenibles con SAS

En un momento en el que el transporte aéreo está en el punto de mira por su contribución a las emisiones, la compañía aérea SAS (Scandinavian Airlines) ofrece una larga tradición a la vanguardia de la sostenibilidad.

A nivel global, SAS es la única compañía que tiene la certificación ambiental ISO 14001 y ha implantado el sistema de gestión eco EMAS. Una parte esencial de los logros de SAS en sostenibilidad es haber conseguido que todos sus profesionales trabajen a la par, dentro de una filosofía de trabajo en el que se coordinan los esfuerzos medioambientales tanto para emisiones en vuelo como en el consumo energético en tierra.

SAS

Con este objetivo, durante 2015 la compañía escandinava reemplazó su flota más antigua por aviones modernos que lograr rebajar las emisiones de CO2 un 10-15% por pasajero. Además, ha desarrollado un programa de ahorro de combustible que involucra a pilotos, planificadores de vuelos, torre de control, personal de carga y desarrolladores de producto, trabajando todos en constante diálogo y coordinación. De esta manera, se intenta aplicar a todos los vuelos este pilotaje eficiente, que busca el ahorro de combustible tanto en el despegue como durante el vuelo y el aterrizaje.

Por otra parte, SAS está acelerando la transición dentro del mundo de la aviación del uso de combustibles fósiles a otros combustibles alternativos.

 


María José Montesinos es periodista ambiental y se ha ocupado durante más de quince años de la información sobre medio ambiente en Heraldo de Aragón, donde dirigió el suplemento Frontera Azul (Premio WWF a la mejor sección de prensa escrita). Ha trabajado también en comunicación en la organización ambiental Ecodes y colaborado con SEO BirdLife. Actualmente dirige el espacio Por Naturaleza en Radio Nacional de España en Aragón y forma parte de la Junta Directiva de APIA (Asociación de Periodistas de Información Ambiental).


Este texto es parte del informe ¿Qué pasa en Dinamarca?