Finlandia – Johanna, 1979
Todos saben lo que sucedió en Nueva York y Londres durante los años dorados del punk rock. ¿Pero qué conocemos del estallido que ocurrió en un pequeño barrio de Pihtiputaa, en medio de la nada, de la zona central de Finlandia? De eso se trata exactamente el debut homónimo de Ratsia, que salió a la luz en lo que se llamó la segunda ola de la explosión punk de los 70, para resumir maravillosamente cuánto hay de autóctono en el punk rock finlandés. Ratsia era un grupo de cuatro jóvenes enérgicos y fervorosos enamorados seriamente de la música británica y norteamericana. Tomaron ideas estéticas de revistas y discos, sí, pero en lugar de traducirlas las mezclaron con su propia experiencia de haber crecido en un contexto prácticamente rural. Un gran ejemplo de colisión entre tendencias globales y realidad local.
Este texto es parte del informe 120 discos nórdicos indispensables.