Islandia – Columbia, 2002
Cuando el hip-hop hizo su irrupción en Islandia, se manifestó principalmente puertas adentro: poco a poco comenzaron a surgir músicos cuya experiencia se había reducido a encerrarse en un garage a experimentar con beats y flows. Quarashi fue uno de esos exponentes y quien más lejos llevó su búsqueda al mezclarla magistralmente con el espíritu del rock. Mr. Jinx, su cuarto álbum –su primer EP es objeto de culto entre coleccionistas– lanzó al grupo a la fama mundial (sobre todo en los Estados Unidos) e inauguró toda una era, en la que ya era posible hacer interactuar a Led Zeppelin con los Beastie Boys.
Este texto es parte del informe 120 discos nórdicos indispensables.