Noruega – Polydor, 1973
Ole Paus ya se había establecido como uno de los trovadores más interesantes de la nueva camada cuando, en 1973, se ocupó él mismo de cuestionar su estatus al grabar el exquisito Garman junto con la banda de rock Pussycats. Musicalmente, este álbum significó una verdadera ruptura con la tradición trovadoresca más purista: demostró que el idioma noruego no era propiedad exclusiva de la estética medieval. Sin embargo, fue apenas una advertencia de cara al futuro por parte de un autor que desde entonces se viene dedicando a renovarlo todo mediante canciones que rozan la genialidad poética.
Este texto es parte del informe 120 discos nórdicos indispensables.