Después de tres años de preparación, el sueco Johannes Räihä publica Om jag bara kunde bli naiv igen, álbum de debut ideal para los que no tienen hipotecas ni hijos, para los que vuelven a casa los últimos y se despiertan los primeros.
Que: Disco (Youth Recordings)
Johannes Räihä comenzó su andadura en la escena musical sueca en 2017. Al año siguiente publicó el EP Den varmaste kontinenten, que contiene el single de debut Sjöarna i Idaho, muy bien recibido por la crítica. Tras este lanzamiento y algunas colaboraciones en canciones de otros artistas, siguió la gira «Underbar och ghostad av alla», junto con sus queridos amigos del grupo Llojd. Finalmente, después de tres años de preparación, llega su esperado álbum de debut, Om jag bara kunde bli naiv igen, publicado a través del sello Youth Recordings.
A sus treinta y dos años, Johannes no puede ni quiere forzar la salida de la juventud de su cuerpo. En su lugar planea mantener la fiesta durante un tiempo más. Pero en la brecha entre el chico libre e inquieto y el hombre adulto y responsable, hay lugar para muchas dudas: ver cómo se precipita la vida de los demás, mientras se queda con la sensación de estar sentado solo en una fiesta cuando los demás se han ido a casa.
Antes del lanzamiento del álbum, hemos tenido el placer de probar Ouzo, una canción agridulce sobre vivir la vida mientras se puede, por los que no pueden. En Stora lån och litet barn (traducido: «Préstamos grandes y niños pequeños») pudimos sentir el estrés de darnos cuenta de que los amigos de la infancia están teniendo sus propios hijos.
También se nos presenta la dulce declaración de amor, en forma de dúo, de Suddig i en coctailbar, con Hanna Järver. La letra se siente como algo escrito en forma de notas en el teléfono, que se deja crecer durante algún tiempo. Se sacan después para ser cuidadosamente procesadas y desarrolladas en una especie de profecía cotidiana.
Así pasamos al alboroto en las ciudades francesas en Avignon y a la música de ensueño en Ekliden 35, antes de aterrizar finalmente en Nangijala, que ofrece un final definitivo. Después queda la sensación de haber vivido muchas vidas, haber recorrido varios kilómetros y haber escuchado un millón de palabras con mil sonidos.
De esta manera, Om jag bara kunde bli naiv igen, a través de sus diez pistas, se abre paso entre la indecisión, la ansiedad existencial y la desaparición del tiempo como temas recurrentes. Todo acompañado por la belleza de la melodía. Pareciera que Johannes no tiene que decorar sus canciones, tienen mucho más sentido como simples y directas, con el propósito de mostrarnos exactamente quién es. Y lo consigue. El resultado es una banda sonora de diez temas ideal para los que no tienen hipotecas ni hijos, para los que vuelven a casa los últimos y se despiertan los primeros. Es hermoso, es horrible, es todo a la vez. Pero, sobre todo, es un debut fantástico.
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