Noruega – Sonet, 1972
Fue tanto una banda de rock como un verdadero colectivo musical comunitario. Sus miembros habitaban la misma casa en Bergen, donde establecieron su base de operaciones y escribieron las inspiradas canciones de este recomendable debut homónimo, que pasó a la historia como su testamento musical –en 1978 el grupo publicó otro disco que pasó desapercibido. El núcleo de los «Grateful Dead noruegos» estaba formado por el nórdico-americano Erik Moll, Rune Walle y Trygve Thue, más la indispensable aportación de la violinista y cantante Anne Bolstad.
Este texto es parte del informe 120 discos nórdicos indispensables.