De los primeros salmos y la bibliografía religiosa a la poesía experimental, las tradicionales fábulas, las novelas existencialistas y mucho más: la literatura danesa jamás detuvo su marcha. A continuación, un mapa a través de los siglos que sirve para guiarse en el complejo mundo de un apartado fundamental de las letras nórdicas.
Nota escrita en 2008 por Anne-Marie Mai y actualizada (apartado del Siglo XXI) en 2020 por Ella Navarro
Una de las primeras figuras de la literatura danesa fue un narrador que hoy en día sigue siendo leído y admirado: Saxo Grammaticus, historiador y monje del Siglo XII. Su libro en latín, Gesta Danorum, fue escrito cerca del año 1200 y es considerado una obra maestra por su habilidad para describir viejas tradiciones nórdicas, para retratar las vidas de los reyes, y también por aportar una serie de manuscritos islandeses y nórdicos y revelar antiguas inscripciones en piedras rúnicas. Gesta Danorum es al mismo tiempo una fuente indispensable de una poesía antiquísima, y una buena muestra de las primeras narrativas míticas más comunes. La mitología nórdica relata historias dramáticas acerca de la creación y hundimiento del mundo, y sobre los dioses Odín, Thor, Ull y Frej. A lo largo de la historia, toda la literatura de la región ha vuelto a revisar a ese antiguo (pero muy latente) material mítico, en el que es posible cruzarse con dioses astutos que se ven envueltos en terribles conflictos e increíbles intrigas. La Gesta Danorum de Saxo forma parte –junto con los compendios islandeses del arte de los escaldos–, de la rama nórdica del primer renacimiento europeo, en el Siglo XVIII, en el que se redescubrieron y cultivaron la literatura oral, la lengua y el mundo mítico del pasado.
PRESENCIA ECLESIÁSTICA
Mientras Saxo contaba historias de la Dinamarca pagana, su jefe eclesiástico, el obispo del Siglo XIII Anders Sunesen, publicó una obra capital cristiana: su Hexaemeron en latín. En más de 8.000 hexámetros de buena factura, la obra relata la labor creadora de Dios; a la vez, es una especie de enciclopedia que contiene el saber del pasado y un poema laudatorio. Durante la Edad Media Dinamarca fue un país católico, y una serie de teólogos daneses contribuyeron a crear una poesía, una historia escrita, un teatro y una teología en un latín erudito común. Una obra especialmente interesante es un manuscrito del Siglo XIV al que se ha relacionado con el monje Peder Laale de Odense. En él se encuentran proverbios en danés y en latín, empleados para enseñarles el idioma a los jóvenes alumnos de las escuelas latinas, entre los que se incluye un proverbio eternamente actual: «Cuando entra la cerveza, sale la sensatez».
La Reforma de 1536 dio inicio al Renacimiento, que fomentó las traducciones de la Biblia y de los clásicos, la escritura de nuevos salmos, la confección de la historia nacional y de la poesía profana, y la redacción de la primera poesía oral en danés. En 1569 se publicó Den Danske Salmebog, de Hans Thomissøn, que incluye los nuevos salmos de la Reforma junto a versiones actualizadas de otros más antiguos. Casi a continuación apareció una serie de libros de salmos y devocionarios, y en todas las parroquias se hizo un esfuerzo tenaz por aprender a cantar los nuevos salmos daneses de la Reforma.
«Una obra especialmente interesante es un manuscrito del Siglo XIV al que se ha relacionado con el monje Peder Laale de Odense. En él se encuentran proverbios en danés y en latín, empleados para enseñarles el idioma a los jóvenes alumnos de las escuelas latinas, entre los que se incluye un proverbio eternamente actual: “Cuando entra la cerveza, sale la sensatez”»
Los historiadores eruditos del renacimiento firmaron varios libros sobre la historia de Dinamarca, y así la nación logró su primera publicación de un clásico cuando una dama de la nobleza, Birgitte Thott, publicó en 1658 la edición de lujo de su traducción de Séneca. Anders Sørensen Vedel compiló baladas danesas y publicó en 1591 su Hundredevisebog, que es el cancionero impreso más antiguo del mundo. Como formato, el viejo poema oral tuvo su época de grandeza en el Siglo XV pero, en la Dinamarca de los Siglos XVI y XVII, entre los círculos de la nobleza se coleccionaban baladas que se copiaban en bellos cancioneros; fue el caso del Hjertebogen, en forma de corazón de mediados del Siglo XVI, considerado el cancionero danés manuscrito más antiguo. Es uno de los tesoros de la Biblioteca Nacional.
La literatura del renacimiento contó también con indispensables volúmenes de memorias, como el emocionante Jammersminde, de la princesa Leonora Christina, escrito a finales del Siglo XVII. A lo largo de sus páginas se describe su dramática vida, sobre todo a partir de su caída de las cumbres del poder tras la muerte de su padre, Christian IV, y de su extenso encierro en la terrible cárcel de Blåtårn.
Birgitte Thott / Anders Sørensen Vedel / Leonora Christina / Thomas Kingo
La creación de salmos de la Reforma se vio renovada a finales del Siglo XVII por un maestro de la poesía erudita, Thomas Kingo, que siguió imprimiendo su sello en el libro de salmos danés acerca de la fugacidad de la vida mundana. Sus églogas de elegantes pinceladas eróticas son también un punto álgido de la literatura danesa. En Dinamarca siempre existió una fuerte tradición de escribir salmos, y en los Siglos XVIII y XIX esta tradición fue renovada por el pietista Brorson, que escribió fervorosa y sentidamente acerca de la esperanza en la gracia divina que tiene el creyente. La actualización continuó a través de los maestros del romanticismo Grundtvig e Ingemann, que crearon un nuevo estilo de salmos ricos en imágenes.
LITERATURA PROFANA
En la ilustración correspondiente al Siglo XVIII floreció la literatura profana. La extensa obra literaria de Ludvig Holberg y su talento para la comedia marcaron época, y fueron el punto de partida de una línea racional de la literatura danesa que aún goza de perfecta salud. Holberg creó el teatro en danés con obras capitales, como la comedia Jeppe på Bjerget (1722), y trascendió a nivel europeo como un pensador instruido e inusualmente radical en su defensa de la igualdad de derechos entre los sexos. En el teatro, sus comedias fueron relevadas a mediados del Siglo XVIII por un nuevo estilo de comedia burguesa-sentimental, inventada por Charlotta Dorothea Biehl, otra excelente escritora de memorias.
Mientras tanto, a finales del Siglo XVIII una nueva estrella iluminó con fuerza el firmamento dramático y poético. Johannes Ewald, inspirado en la poesía sentimental inglesa y alemana, irrumpió con el gran poema Rungsteds Lyksaligheder (1775) y con su trágica y a la vez divertida autobiografía, Levned og Meeninger, escrita entre 1774 y 1778. Ewald se abrió a temas totalmente nuevos acerca de la individualidad y la capacidad afectiva tanto del hombre como del poeta. Otra figura importante en la transición del Siglo XVIII al XIX fue Jens Baggesen; su obra capital es un libro de viajes por Europa, paródico, sensible y crítico, Labyrinten (1792-1793), en el que, entre otras cosas, narra su experiencia en la Revolución Francesa. Toda una generación romántica posterior profesó su admiración tanto por Ewald como por Baggesen, si bien de vez en cuando salían a la luz determinadas diferencias literarias con Baggesen.
Ludvig Holberg / Charlotta Dorothea Biehl / Johannes Ewald / H. C. Andersen
Al tiempo, el romántico Adam Oehlenschläger rompió con las severas reglas poéticas del clasicismo con sus poemas Digte 1803, para inaugurar una poesía joven, personal, sensible y nacional. Frente a esto, en sus poemas Digte 1804 y Digte 1808 la otra figura romántica central, Schack von Staffeldt, se lanzó sin miedo a las grandes paradojas filosóficas del romanticismo. La poesía romántica de Staffeldt tuvo una continuación intelectual en el filósofo Søren Kierkegaard a mediados del Siglo XIX.
Los escritores más significativos de la literatura danesa hasta la fecha, Kierkegaard y el escritor de cuentos H. C. Andersen, son contemporáneos, aunque no por eso sentían ninguna predilección mutua, más bien al contrario. Pero mirando hacia atrás es evidente que tanto los cuentos de H. C. Andersen como las obras de Kierkegaard son interpretaciones existenciales modernas de la vida de las personas: giran en torno a la pérdida, el impulso sexual, el miedo, la duda, el amor, la esperanza y la fe. El famoso cuento La sirenita, de Andersen, interpreta el amor de la sirena a la luz de un cisma, la retórica que existe entre impulso sexual y espíritu. Mientras que Kierkegaard analizaba la lucha desesperada del individuo por encontrarse a sí mismo y liberarse del intento intelectual de querer explicarlo y comprenderlo todo.
EL SIGLO XIX
El Siglo XIX contó con varios prosistas importantes, muchos de los cuales contribuyeron a una rica tradición realista que habla del espacio vital, de las vivencias del país y la ciudad, y de un entorno en transformación. Thomasine Gyllembourg describió a la burguesía de Copenhague y la formación ideal en sus historias cotidianas, mientras que St. Blicher habló del paisaje y de las personas de la por entonces oscura Jutlandia. Los magistrales cuentos de Blicher siguen provocando nuevos análisis de narradores ambiguos y enigmáticos hilos narrativos.
Thomasine Gyllembourg / St. Blicher / Georg Brandes / J. P. Jakobsen
A fines del Siglo XIX se renovaron los intentos literarios modernos, para desembocar en una eclosión verdaderamente vanguardista liderada por el crítico literario Georg Brandes. Sin embargo, este intento de cambio chocó con una fuerte oposición en la Dinamarca oficial, con su idea de que la literatura debe plantear problemas a debate y comprometerse con el conflicto de la ciencia moderna con la religión, mientras que la crítica moderna debe hacerlo de las relaciones sociales y los roles sexuales imperantes. Brandes se vio obligado a abandonar Dinamarca, pero finalmente alcanzó la fama en Europa gracias a sus conferencias literarias y su compromiso con la cultura y la política del continente.
«El Siglo XIX contó con varios prosistas importantes, muchos de los cuales contribuyeron a una rica tradición realista que habla del espacio vital, de las vivencias del país y la ciudad, y de un entorno en transformación»
Entre los escritores que contribuyeron a la renovación de la literatura está J. P. Jakobsen, cuya obra capital, Niels Lyhne (1880), trata del conflicto de un joven con la interpretación cristiana de la existencia. Otro escritor importante fue Herman Bang, que se caracterizó por una prosa impresionista que describe las vidas de personas anodinas que sufren naufragios en el amor y en el arte, porque están paralizadas tanto por las viejas convenciones como por las realidades modernas y sociales; entre las obras importantes de Bang está la novela Ved Vejen (1886). En el umbral del Siglo XX, la renovación poética llegó de la mano de un círculo de artistas románticos tardíos y simbolistas, entre los que figuraron Sophus Claussen; en su universo se establecen estimulantes y peligrosas asociaciones entre el romanticismo y la modernidad. La obra capital de Claussen es el poema en hexámetros Atomernes oprør (1925), que trata sobre las intensas fuerzas naturales y culturales que la civilización moderna está a punto de liberar y que, según las predicciones del poeta, van a terminar amenazando la base existencial de la humanidad.
TENDENCIAS MODERNAS
A principios del Siglo XX se desarrollaron las tendencias modernas en forma de gran realismo narrativo popular, y también creció una literatura que dialogaba con el «high modernism» internacional. Por épocas, las diferentes tendencias se cruzaron en la misma obra literaria, de modo que tanto la poesía oral tradicional como todo aquello incluido en esta modernidad rupturista se convirtieron en una expresión literaria compleja y original. Esta situación se vio reflejada en el Premio Nobel Johannes V. Jensen, cuya obra más importante es la novela histórica Kongens Fald (1900-1901). La lucha entre tradición y modernidad también se evidenció en las grandes obras narrativas de otro Premio Nobel, Henrik Pontoppidan, en la obra de Marie Bregendahl y en las novelas de Martin Andersen Nexø acerca de las numerosas transformaciones de la antigua cultura rural.
El cambio de siglo fue, además, una época en la que un puñado de escritoras profundizaron las posibilidades y los conflictos de la nueva vida de la mujer. A principios de siglo, la canción popular vivió a la vez su propia edad de oro: muchas de las composiciones que todavía son populares en Dinamarca fueron escritas en esas décadas, la mayoría de ellas por los poetas Jeppe Aakjær y Thøger Larsen, que crearon bellas imágenes de los hermosos paisajes daneses.
«A principios del Siglo XX se desarrollaron las tendencias modernas en forma de gran realismo narrativo popular, y también creció una literatura que dialogaba con el “high modernism” internacional»
Las corrientes vanguardistas aún se movían en circuitos subterráneos –en relación al realismo crítico dominante–, con figuras destacadas como Hans Kirk y H. C. Branner. Jens August Schade contribuyó a la solidificación de un surrealismo lírico, mientras que la obra capital de Tom Kristensen, Hærværk (1930), es una novela moderna que aborda la cultura literaria contemporánea y el proceso de decadencia de un escritor entregado a la bebida. El libro se relaciona con la renovación del arte novelístico europeo promovida por James Joyce, Frans Kafka y Virginia Woolf.
En los años 30 también debutó Karen Blixen, primero en inglés y al poco tiempo en danés con sus Syv fantastiske Fortællinger (1934). En su momento, sus contemporáneos daneses la consideraban como un rara avis, pero tras el final de la Segunda Guerra Mundial se convirtió en una figura aglutinante para una serie de jóvenes literatos reunidos en torno a la revista Heretica. Los recién llegados también se interesaron en otro prosista, Martin A. Hansen, que dirigió una mirada crítica a la literatura naturalista y realista imperante: habló en favor de una poesía y una narrativa míticas, con el objetivo de ayudar a las personas golpeadas por la crisis posbélica a interpretar las condiciones básicas de la existencia. Su obra más importante es la emocionante novela radiofónica Løgneren, que dejaba las calles vacías cuando se transmitía en 1950.
Johannes V. Jensen / Henrik Pontoppidan / Martin Andersen Nexø / Hans Kirk
Entre los jóvenes «heréticos», Tage Skou-Hansen presentó un vigoroso análisis poético de las vivencias bélicas y generacionales en la novela De nøgne Træer (1957), mientras que Tove Ditlevsen renovó el realismo de los años 30 en sus relatos y novelas, que describen lo que es crecer en uno de los barrios más pobres de Copenhague. Sus obras capitales son los libros de memorias Barndom y Ungdom (1967).
Otro fuerte impulso moderno en la poesía posbélica tomó forma en los años 50 a través de los versos modernistas de Ivan Malinovski y Klaus Rifbjerg, y también mediante los relatos modernistas de Villy Sørensen y las novelas absurdas de Peter Seeberg. Galgenfrist (1958), de Malinovski, se convirtió en una enorme fuente de inspiración para varias generaciones de poetas, por su modernidad a la hora de crear imágenes; por su lado, la obra de Rifbjerg Konfrontation (1960) abordó de forma crítica, divertida y angustiosa la nueva vida del hombre en el mundo amenazante de la época. Sære historier (1953), de Sørensen, enfrenta al lector con la alienación de la existencia y la represión de la psique; mientras que la novela de verbo chispeante Den kroniske uskyld (1958), también de Rifbjerg, narra la búsqueda de tres jóvenes alumnos de instituto que sufren su entrada a la vida adulta. Ambas obras se han convertido en clásicos en la enseñanza de literatura escolar junto con Fugls føde (1957), de Seeberg, que gira en torno a las crisis de identidad.
NUEVAS CORRIENTES
Ya a mediados de los años 60 comenzó a verse una ruptura con la modernidad, que se manifestó en nuevas corrientes literarias, desde el nuevo realismo hasta la poesía sistémica, la poesía beat, el minimalismo, el realismo mágico y la posmodernidad. Por esos años, la literatura danesa se abrió de forma creciente tanto a la inspiración internacional como a la estela del impulso postmoderno, y de esta manera se estableció un nuevo diálogo con las tradiciones.
Entre los escritores más importantes de la generación algo mayor se encuentran Per Højholt, con su obra Min hånd 66 (1966), e Inger Christensen, con su ciclo poético sistémico Det (1969). La prosa se renovó con una serie de obras entre las que destacan las de Kirsten Thorup, que abrió la serie sobre Lille Jonna en 1977; las de Suzanne Brøgger, que debutó con una colección de ensayos provocadores, Fri os fra kærligheden, en 1973; y las de Peer Hultberg, que en 1992 publicó su obra capital, Byen og verden, compuesta por un tejido de piezas cortas en prosa acerca de los habitantes de la ciudad de Viborg a lo largo de cien años.
Per Højholt / Inger Christensen / Dorrit Willumsen / Pia Tafdrup
En 1983, Dorrit Willumsen había renovado a la novela histórica como género nacional con Marie, que describe la vida de la histórica Marie Tussaud antes y después de la Revolución Francesa. En el campo de la poesía experimental, los nombres más significativos son Dan Turèll, con Vangede Billeder (1973); Peter Laugesen, con Hammer og Hak (1977); Henrik Nordbrandt, con Violinbyggernes by (1985); y Klaus Høeck, con el colosal poema en hexámetros Hjem (1985), que es una referencia a la obra de Sunesen del Siglo XIII.
Muchos de los autores actuales y del pasado reciente entablaron un diálogo intenso con la tradición literaria danesa. La generación de los 80, por ejemplo, se orientó hacia el romanticismo y el simbolismo. Michael Strunge escribió su poesía siguiendo la tradición de Arthur Rimbaud, pero también la del rock (con David Bowie como referente) y la de los propios daneses H. C. Andersen y Grundtvig; su obra maestra es la visionaria Verdenssøn (1985).
Pia Tafdrup y Søren Ulrik Thomsen son también dos nombres importantes para el simbolismo danés. La obra más importante de Tafdrup es la premiada colección Dronningeporten (1998), que explora el universo corporal e imaginario de una mujer, partiendo del elemento agua; mientras que la obra central de Ulrik Thomsen es la colección de poemas Det skabtes vaklen (1996), en la que se desarrollan arabescos simbólicos en una creación compleja y estimulante, acerca de la fragilidad de la vida y los rituales cotidianos.
SIGLO XXI
En los últimos veinte años la literatura danesa de ficción ha cambiado su color, su enfoque. Hay mucho y muy diverso para entretenerse, desde el realismo psicológico y popular de Ida Jessen, las historias pintorescas de Carsten Jensen o los cuentos de miedo experimentales de Pablo Llambía. Pero también se ha vuelto más libre y valiente a la hora de elegir sobre qué escribir, dónde y cómo. Libros que se han escrito en este periodo traen una nueva mirada y se enfocan en temas actuales y muy relevantes como el racismo, el cambio climático, las enfermedades mentales e incluso la crítica a la política toma nueva forma.
En 2006, Maja Lee Langvad, nacida en Corea del Sur, fue la primera escritora en hablar sobre la raza blanca y el problema con el racismo estructural; sin embargo, no fue hasta 2013 con el debut poético de Yahya Hassan, –un joven danés de ascendencia palestina que falleció en abril de 2020 con tan solo veinticuatro años–, que el asunto provocó polémica. Su colección de poemas criticaban las políticas del Islam y de Dinamarca sobre migración y su participación en conflictos armados. Hassan fue elogiado en todo el país por su verso similar al de Walt Whitman, y sus obras fueron de las más vendidas –y también más debatidas– por el análisis que ofrecían sobre las minorías en Dinamarca.
Ida Jessen / Yahya Hassan / Maja Lee Langvad / Jonas Eika
En 2015 aparece un joven prometedor, Jonas Eika, que debuta con su novela Lageret Huset Marie, que trata sobre el trabajo nocturno en una fábrica y cómo afecta a las persona que trabajan allí, tanto a su psique como a su cuerpo. Pero no es hasta 2018 con su colección de historias cortas, Efter Solen (Después del sol) que los críticos toman reconocimiento de su talento. El joven fue galardonado con varios premios, entre ellos el Premio de Literatura del Consejo Nórdico. Sus historias fueron valoradas por su perspectiva global y su capacidad de hablar de los desafíos de la agenda política contemporánea mediante una prosa clara y concreta, que al mismo tiempo es sensual e imaginativa.
Es importante destacar también la ola de feminismo en la poesía iniciada por Olga Ravn. Su primer colección de poemas en 2012 gira en torno a la mente de la niña, la mujer, el cuerpo y todo lo que conlleva vivir en el cuerpo de una mujer. En 2015 publicó su primera novela, Celestine, con una prosa que los críticos compararon similar a la escritora francesa Marguerite Duras.
Olga Ravn / Helle Helle / Simon Grotrian / Jussi Adler-Olsen
Asimismo, en estos tiempos surge el estilo de relato breve y la prosa minimalista de la mano de Helle Helle. Se trata de una demostración de que se necesita poco para decir mucho. De la manera más elegante esta autora escribe sobre el vacío de la vida sin mencionarlo explícitamente. Sus novelas Rødby-Puttgarden (2005) y Ned til hundene (2008) son claves retratos de este estilo. Por otro lado, Simon Grotrian continuó la vieja tradición de salmos en la colección surrealista Jordens salt og verdens lys (2006), mientras varios autores de distintas generaciones –que van desde Ib Michael hasta Lars Frost– vienen ensayando una prosa fabulesca de larga tradición en el arte narrativo nórdico.
Y no olvidar que como buenos nórdicos, en Dinamarca también se escriben novelas negras; de hecho, al escritor de crímenes Jussi Adler-Olsen se le podría definir como el Stieg Larsson local, y leer una de sus novelas es como un acto de patriotismo para muchos daneses. Al ser tan pocos habitantes en el país, cuando un escritor destaca por su obra se genera satisfacción en los lectores locales. Es como si la literatura danesa fuera un esfuerzo por el bien del país que las generaciones futuras podrán compartir con orgullo.
Anne-Marie Mai es profesora de Literatura Nórdica en el Departamento de Estudio de la Cultura, SDU. Es investigadora principal en el proyecto «Usos de la literatura» (Fundación Nacional de Investigación Danesa, 2017-2021) y ha dirigido varios proyectos de investigación interdisciplinarios en el campo de la investigación del bienestar y la literatura moderna.
Ella Navarro es periodista y contadora de historias, una uruguaya que se enamoró de la ciudad de Copenhague en 2015 y nunca más se bajó de la bicicleta. Hoy en día escribe para distintos medios en inglés y español, sobre Dinamarca y su país natal. Es Licenciada en Comunicación de la Universidad de Montevideo y tiene un Master en Periodismo a través de un programa conjunto de la Universidad de Aarhus y City University of London.
Este texto es parte del informe ¿Qué pasa en Dinamarca?