El retorno de FM Belfast vuelve a abordar una cuestión insoslayable: el crecimiento brutal del pop electrónico en los países nórdicos durante este siglo. Si los frutos son como Island Broadcast, no hay nada que objetar.
Qué: Disco (World Champion)
No deja de ser una realidad tangible el crecimiento constante de escena islandesa. Desde hace unos años para aquí, no todo es Björk ni Sigur Rós. Se encargan de recordárnoslo grupos como FM Belfast, que, tras unos comienzos casuales en 2005, no ha dejado de ir sumando razones para demostrar que lo suyo no se trataba de mero entretenimiento.
Así quedó ratificado con su primer álbum, How To Make Friends, trabajo de formas synth-pop colorista que marcó la pauta de sus siguientes pasos discográficos. No en vano, en su cuarto LP no ha variado mucho de aquella explosión pop de melodías juguetonas y continuos guiños a referentes como los Depeche Mode de Vince Clarke, The Human League o Soft Cell.
El revival del synth-pop es una constantes en nuestros días, pero, a diferencia de la mayoría, FM Belfast sabe cómo preñar los beats y melodías de microdetalles rítmicos y una típica textura de tacto natural muy propia de la música electrónica facturada desde los países nórdicos. Un patrón que enfatiza una identidad musical de origen, pero que también es capaz de enfocar hacia terrenos de tonos orientales y demás fuentes de alimentación no anglófilas. De dichos mimbres, vuelve a surgir un nuevo trabajo perfecto para días lluviosos bajo las luces de neón. Y si no, enchúfate a Agent o Follow Me. Pura medicina crujehuesos.