Soleima es el nombre artístico de Sarah Mariegaard, una de esas artistas danesas que ha ganado más popularidad en los últimos tres años y que debemos tener en la mira. Ha estado en el mundo de la música desde que era muy joven, primero con el grupo hip-hop Flødeklinikken, cuando estaba en la escuela secundaria, y luego se adentro en escribir canciones para otros. Así se dio cuenta que lo que realmente quería: ser cantante y decidió perseguirlo.
El debut en solitario de Soleima fue en 2015 con el sencillo My Boy. En 2017, lanzó el EP No. 14, que en 2018 fue seguido por otro, Bulldog. Su primer álbum largo, Powerslide, se publicó en marzo de 2020, justo cuando explotó la pandemia, lo que hizo que muchos de sus conciertos fueran cancelados. A Soleima se la reconoce por sus vocales características, suaves y únicas. Tiene una voz memorable y cautivadora, y mezcla elementos musicales electrónicos y del R&B en sus canciones. Es amiga de la reconocida cantante MØ y vive en Copenhague. Así que si paseas por la capital danesa tal vez te la encuentres en su barrio favorito de Nørrebro. Charlamos con ella y nos contó sobre sus inicios, qué le gusta de su país y de su nuevo proyecto que surgió durante este tiempo de encierro y cuarentena.
¿Estabas de gira en este momento?
Bueno sí, estaba tocando la semana pasada, pero por todo el tema del Coronavirus, mi gira de primavera para presentar el nuevo álbum fue cancelada. Y ahora todos esos shows están desperdigados en distintas fechas para el otoño. Por lo general cuando estoy de gira tengo un concierto o dos cada fin de semana pero ahora hay algunos shows acá otros allá. Es todo muy diferente.
¿Y cómo son los shows ahora, menos gente?
Sí, pero no necesariamente, ya que han logrado organizar los conciertos en lugares más amplios, entonces termina siendo posible contar con la misma cantidad de personas, pero en un espacio más grande y la gente sentada, para que puedan respetar las normas de distanciamiento. Una noche había quinientas personas, que es el máximo, y se sintió como un verdadero concierto. Se sentía que había mucha gente. Pero definitivamente es algo distinto. La verdad que tenía miedo de cómo iba a ser, pero fue mejor de lo que esperaba. Todo el mundo está tan necesitado de escuchar música en vivo, de ir a conciertos, que hay una vibra muy especial entre los asistentes. Yo me siento super-duper bendecida de poder tocar. Me siento muy afortunada cada vez que estoy en el escenario estos días.
Cuéntanos un poco de Powerslide, tu primer álbum. ¿Cómo surgió?
Surgió luego de estar trabajando y colaborando con un montón de músicos, escribiendo canciones. Estuve mucho tiempo en ciudades como Los Ángeles y Londres componiendo música. Entonces llegó un momento que sentí como una distancia conmigo misma, distante de cómo empezó esta travesía. Entonces retorné a mis inicios, a escribir canciones en el piano sola. En el álbum también colaboré con un montón de personas increíbles, pero muchas de las canciones fueron escritas en soledad, porque necesitaba volver a esa rutina, a ese proceso de trabajar un poco más conmigo misma, en soledad. Por eso es que en conjunto el disco representa la pérdida del autocontrol y recuperar ese autocontrol, reclamarlo. Quería tomar nuevamente las riendas de mi vida. Las canciones en el álbum hablan mucho de eso.
Tu nombre artístico es Soleima (pronunciado en danés So-lai-ma). ¿De dónde viene este nombre y qué significa?
Es un apodo con el que mi padre me llamaba cuando era pequeña. Pero es un nombre común en Dinamarca que se usa para llamar a las niñas cuando son pequeñas. Es como un apodo que en inglés sería cuando los padres les dicen «Missy» (señorita) a sus hijas. Se usa principalmente cuando tus padres te quieren regañar o llamar la atención porque estas haciendo algo que no deberías, alguna travesura. Entonces, en vez de gritarte, tu papá te diría «Hey Soleima, que haces, o Hey Soleima, ten cuidado». Algo por el estilo, por lo general es siempre con un tono cariñoso. Siempre sentí una conexión con este nombre, porque me recuerda a mi padre, mi infancia, por eso lo elegí. Pero también porque es un nombre reconocible y típico de Dinamarca, con el que muchas niñas se sienten identificadas. Me gusta que es un nombre compartido porque todas esa niñas fuimos llamadas alguna vez de esa manera. Es lindo que sea mi nombre, pero no es sólo mío.
¿Desde cuando que haces música? Cuéntanos cómo llegaste a ser Soleima.
Empecé desde joven, cuando estaba en secundaría en lo que acá es grado 8 y fue con Flødeklinikken, una banda danesa de seis varones y yo, y era hip-hop en danés. Mi rol era tocar el piano principalmente, pero también hice los coros. Fue algo que empezó como diversión, porque éramos muy jóvenes pero conseguimos firmar con un sello discográfico y empezamos a tocar en varios conciertos. Tuvimos años muy intensos en los que tocamos más de cien conciertos al año y para Dinamarca eso es un montón porque somos un territorio muy chico y sólo tocábamos en el país en ese entonces, porque nuestra música era danesa no más. Así que en esta etapa temprana empecé a ganar dinero con la música pero no vivía de ello. Luego hice muchas cosas en medio. Viajé, estudié antropología, pero la música siempre estaba presente en mi vida. Seguía escribiendo canciones y demás.
En una época estaba escribiendo canciones con un amigo, por diversión, y nuestro sueño era convertirnos en compositores y poder ofrecer estas letras a estrellas de la música. Queríamos tener ese trabajo de escribir que era nuestra pasión y poder vender el material a otros cantantes. Escribimos muchas canciones, y con algunas de ellas sentía una conexión especial. Entonces le dije a mi amigo: estas canciones se sienten como mías, tal vez debería lanzarlas como mías. Y lo hice. Afortunadamente encontramos un sello discográfico y las lanzamos y así fue como empezó, como por accidente. Entonces la música pasó de ser un hobby a ser mi trabajo full-time.
«En Powerslide colaboré con un montón de personas increíbles, pero muchas de las canciones fueron escritas en soledad, porque necesitaba volver a esa rutina, a ese proceso de trabajar un poco más conmigo misma, en soledad. Quería tomar nuevamente las riendas de mi vida. Las canciones en el álbum hablan mucho de eso»
¿Todas tus canciones son en inglés verdad?
Sí, desde que empecé el camino como compositora fue todo en inglés. Dinamarca es un país muy pequeño, entonces si quieres triunfar en el exterior tienes que cantar en inglés. Las únicas veces que canté en danés fue con el grupo de hip-hop. Me dijeron: «Tu eres una chica, tú has los coros entonces». Si lo pienso ahora, fue un poco sexista, la verdad, pero estoy agradecida ya que me impulsó a cantar y me motivó a empezar a escribir. Y fue ahí que me di cuenta cuanto me gustaba cantar.
¿Qué es lo que más te gusta de tu país Dinamarca?
Hoy estoy en un momento de mi vida en el que estoy muy orgullosa de muchas cosas que están sucediendo en mi país. Me encanta por ejemplo, nuestro modelo de bienestar. Ok, pagas más de la mitad de lo que ganas en impuestos pero después tienes escuelas gratis, en general educación gratis, sistema de salud gratis. Todo es gratis, lo que otorga a los ciudadanos una vida igualitaria de beneficios. Pero es duro también en este momento, creo que nuestro país se está convirtiendo en un país más cerrado en sí mismo, cerrando fronteras y políticamente se está volviendo más racista. Me asustan las tendencias racistas que observé acá y en Europa en general. El tema es que Escandinava somos muy protectores de exactamente ese sistema de bienestar que creamos. Y eso es de cierta manera un poco peligroso porque uno se cierra y no ve el mundo alrededor.
¿Y vives en Copenhague verdad? ¿Qué nos recomendarías?
Si ahora vivo en Copenhague, pero me crié en Aarhus, en Jutlandia. Copenhague es una ciudad hermosa, ¡amo vivir aquí! Siempre hay algo divertido para hacer, buenos restaurantes y lugares al aire libre para disfrutar. Un lugar que recomiendo ir es el Cementerio Assistens en Nørrebro. Tiene una vibra especial y por ahí no es tan normal que la gente frecuente cementerios como diversión, pero acá en Copenhague lo usan como un parque. La gente va de pícnic, a tomar sol, no se usa sólo como cementerio. Y me encanta la idea de usar los espacios públicos de la ciudad de una manera diferente. De hecho, siempre digo que me encantaría que cuando muera me entierren allí, en un lugar donde va a haber personas todo el tiempo. Es definitivamente un lugar especial para visitar si estás de visita en Copenhague. Y en general, el barrio de Nørrebro es espectacular. Es mi joya en la ciudad.
¿Los daneses aman el sol, no?
Si, cuando hay un rayo de sol aprovechamos al máximo, ya sea en invierno o en verano. Lo ves y piensas: ¡el sol está aquí, salgamos afuera! El tema es que es tan raro que tengamos un día de verano, son tan pocos, que inmediatamente pensamos que hay que dejar todo atrás y correr a estar al aire libre.
¿Cuál es la mejor parte de ser cantante?
Me siento bendecida de poder hacer esto, de básicamente poder vivir de algo que me gusta tanto hacer, de mi hobby. Es un regalo. Amo poder trabajar y escribir con música cada día de mi vida. Es increíble. Pero algo que amo de este trabajo es la flexibilidad, la cantidad de horas de trabajo, la oportunidad de poder viajar. Y con el tiempo me doy cuenta que esta flexibilidad es algo que hoy en día valoro mucho. No creo que podría tener otro trabajo.
¿Qué hiciste durante la cuarentena? ¿Algo que viene para el futuro de Soleima?
Primero que nada fue bastante triste cuando anunciaron la cuarentena y cancelaron todos los festivales, donde tenía planeado tocar. Me sentí un tanto deprimida. El humor en general no era bueno para nadie. Pero después de un tiempo me empecé a dar cuenta de los elementos positivos de la situación. Y tuve la suerte de grabar un EP con cuerdas, un proyecto que hace muchos quería hacer, pero era un proyecto que llevaba mucho tiempo y nunca tenía tiempo… y comercialmente no era en lo que mi sello discográfico quería enfocarse. Pero de repente nuestros calendarios estaban borrados y entonces dijimos: ¡es ahora, hagámoslo!
Usé el verano entero para concentrarme en este proyecto. Fue un regalo de la cuarentena: nos dio tiempo. Fue un momento muy especial completar este sueño y es algo que voy a estrenar en enero y con suerte tocaré conciertos en la primavera de 2021.
Powerslide (Big Beat Records, 2020)
Ella Navarro es periodista y contadora de historias, una uruguaya que se enamoró de la ciudad de Copenhague en 2015 y nunca más se bajó de la bicicleta. Hoy en día escribe para distintos medios en inglés y español, sobre Dinamarca y su país natal. Es Licenciada en Comunicación de la Universidad de Montevideo y tiene un Master en Periodismo a través de un programa conjunto de la Universidad de Aarhus y City University of London.
Este texto es parte del informe ¿Qué pasa en Dinamarca?