En la Noruega actual los diseñadores trabajan en todos los sectores y crean un valor fundamental para los individuos, los negocios, el sector público y la sociedad en general. Así, los diseñadores proponen una perspectiva única a la hora de mejorar y desarrollar nuevos productos y servicios, siempre con las necesidades de los usuarios en mente.
En lo relacionado al diseño, Noruega ha estado a menudo ensombrecida por otros países nórdicos a pesar de tener una historia propia en el sector de la que enorgullecerse. No obstante, es cierto que durante las últimas décadas la industria noruega del diseño ha florecido. El campo del diseño solía ceñirse al mobiliario, productos puntuales o la ropa, pero cada vez es más valorado a la hora de mejorar y desarrollar servicios y ciertos procesos, resolviendo retos complicados y construyendo marcas sólidas.
La necesidad de los usuarios, en el corazón
Actualmente vemos como se hace uso del diseño tanto en el sector público como en el privado, con el denominador común de primar las necesidades de los usuarios y ponerlas en el centro de cualquier desarrollo de diseño. Noruega comparte esta evolución del diseño y la apuesta por las necesidades del usuario con muchos otros países, especialmente sus vecinos nórdicos.
Christian Bason, director del Danish Design Centre, ofrece su opinión sobre el tema en su libro Form fremtiden (Shape The Future), publicado en 2016: «El diseño es un proceso creativo y sistemático, visual y experimental, y tiene en su punto de mira el comportamiento y las experiencias de la gente. Los resultados pueden ser productos gráficos o tangibles, nuevos servicios, modelos o sistemas de negocio».
Influencia en todos los sectores
Para ir un poco más allá a la hora de explorar el ADN del diseño nórdico, las organizaciones nórdicas de diseño –Danish Design Centre, Iceland Design Centre, Design Forum Finland, Swedish Industrial Design Foundation (SVID) y Design and Architecture Norway (DOGA)– colaboraron en 2018 en un estudio llamado Nordic Design Resource (Las fuentes de diseño nórdico).
Según este estudio, hay más de 35.000 profesionales del diseño en Noruega, lo que constituye el 1,4% del mercado laboral nacional. El 87% de los diseñadores noruegos trabaja en el sector privado y se desenvuelve en disciplinas varias, sobre todo en desarrollos de producto, servicios digitales, marketing y diseño gráfico. El 11% opera en el sector público, sobre todo en aspectos educativos, investigación y servicios ciudadanos; el 2% restante trabaja en ONGs y similares.
Estas cifras señalan que los diseñadores noruegos trabajan en diversas industrias e innumerables disciplinas; desde el diseño gráfico y digital al de producto, pasando por el diseño de moda, muebles, interiores, diseño orientado a los sistemas o a los servicios.
Moldeado por la naturaleza
La naturaleza noruega, empezando por la amplísima costa marítima o el mar, el clima extremo, la orografía montañosa, el amor que se tiene en el país a los espacios abiertos… todo eso ha influido en la economía del país, en el mercado laboral y en las necesidades de innovación y, por lo tanto, en la industria del diseño.
Por ejemplo, el diseño noruego ha sido fundamental a la hora de crear nuevas soluciones para la creación y fabricación de barcos, sistemas de seguridad en el mar, infraestructuras en tierra, equipamientos para el hogar, muebles e iluminación, ropa para todo tipo de climas, equipación de esquí y demás necesidades para disfrutar de los maravillosos espacios abiertos que ofrece la naturaleza.
Como resultado de un cambio hacia el menor uso de combustibles fósiles, las instalaciones de la industria están siendo adaptadas cada vez más hacia áreas más sostenibles y renovables. Así, los diseñadores están cada vez más enfocados en hallar soluciones para el cuidado del medioambiente, teniendo en cuenta la conciencia ambiental y social como parte importante de su trabajo.
Mejorar el sector público
El sector público noruego se basa en la confianza y ofrece a todos sus ciudadanos servicios igualitarios, basados en un nivel impositivo bastante alto. Durante los últimos diez años, el gobierno ha estado especialmente implicado en la mejora de los servicios públicos y ha empezando a utilizar el diseño en los servicios como un método de identificación y respuesta a las verdaderas necesidades de la gente.
Y ya hay resultados sobre esto. Por ejemplo, en el sector de la salud: el Hospital de la Universidad de Oslo rebajó los tiempos de espera en el diagnóstico de cáncer de mama en un 90% y, con este logro, allanó el camino para desarrollar mejores servicios y más eficientes.
El gobierno también está empleando diseñadores interactivos para ayudar a la digitalización de sus servicios y así asegurarse que se desarrollan de acuerdo a las necesidades de los usuarios. En un gesto verdaderamente rupturista, se comenzaron a emplear diseñadores para dar forma a una nueva hoja de ruta en la innovación del sector público.
¿Estamos preparados para el futuro?
Tanto el sector público como el privado han abrazado el diseño centrado en el usuario, y el mencionado al comienzo Nordic Design Resource ha demostrado que los diseñadores de servicios y experiencias, así como los digitales, son actualmente los más demandados. El reto que se afronta, sin embargo, es que las escuelas superiores y universidades noruegas no los pueden preparar a la velocidad requerida.
De esta manera, el diseño se ha convertido en una parte fundamental a la hora de resolver los muchos retos que debe afrontar la sociedad noruega. Los diseñadores aportan métodos importantes, procesos y herramientas que crean valores reales para el mundo del mañana, ya sean individuales, económicos, sociales o medioambientales.
Line Aandal Røijen reside en Oslo y está especializada en la realización de artículos sobre diseño, desarrollo urbanístico y arquitectura. Anteriormente trabajó como asesora de comunicación y directora de proyectos para promover la cultura, el diseño y la innovación de Noruega para organizaciones como la Embajada de Noruega en Londres, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega y, más recientemente, en DOGA (Design og arkitektur Norge).
Este texto es parte del informe ¿Qué pasa en Noruega?