Islandia – One Little Indian, 1993
Tras abandonar a Sugarcubes, Björk decidió investigar en sonidos más actuales: esta ambición fue, de hecho, uno de los motivos por los que se disolvió la banda. Así se dedicó a explorar en la música electrónica, más precisamente el IDM –Intelligent Dance Music–, y el hip-hop. No lo hizo en su país sino en Gran Bretaña, donde sus ideas tenían más aceptación y donde grabó el inolvidable Debut, una exquisita colección de piezas de vanguardia e impronta electrónica que pasó a la historia como una instantánea musical de época. Enormemente influyente, casi veinticinco años después su frescura se mantiene intacta.
Este texto es parte del informe 120 discos nórdicos indispensables.